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Abre el Museo del Tomate

Abre el Museo del Tomate

En Collecchio, en la provincia italiana de Parma, abre sus puertas el Museo del Tomate, un museo que recorre la historia, las tradiciones, las técnicas de elaboración y de conservación del “oro rojo” que llegó de América hace cinco siglos.


“Si el producto típico es una obra de arte, un museo es su casa”. Es éste el lema de los Museos de la Comida, una red de museos que entiende valorizar los productos típicos de la provincia de Parma, en la región de Emilia-Romagna, en la parte centro septentrional de Italia. Una zona con una fuerte tradición enogastronómica y una cultura de la comida tan profunda que es prácticamente imposible hablar de cualquier cosa sin que se cuele, entre una frase y otra, algún refrán o algún comentario que haga referencia a la comida.


De allí vienen dos de las joyas de la corona de la gastronomía italiana como el Parmigiano Reggiano y el Prosciutto di Parma, pero también se produce, se elabora y se mima el tomate más que en otras partes de Italia. Por eso, el pasado 25 de septiembre el Museo del Tomate ha entrado a formar parte de la red de los Museos de la Comida, sumándose al el de Parmigiano Reggiano, el del jamón y de los embutidos y el del “salame” de Felino (una localidad siempre en la provincia de Parma donde se produce este embutido típico) inaugurados entre el 2003 y el 2004 y a los que pronto se añadirá también un Museo del Vino.


Como nos explica Giancarlo Gonizzi, responsable del proyecto del Museo del Tomate y coordinador de los Museos de la Comida, el tomate llegó a Parma desde Cerdeña que en el siglo XVI estaba bajo el dominio de España donde, por obvios motivos, los tomates llegaron primero. De allí, este producto rebotó a Génova, de Génova a Piacenza y de Piacenza a la llanura de Parma, donde echó por fin raíces – nunca mejor dicho – en el siglo XIX, dando origen a un complejo sistema de producción y sobre todo de elaboración que a primeros del siglo pasado contaba ya con 70 fábricas.


“Hoy” afirma Giancarlo Gonizzi “en la provincia de Parma están activas nueve empresas que llegan a elaborar toneladas de tomate haciendo de Parma la capital europea del tomate. Prácticamente, la elaboración del tomate dio vida en Parma a un “sistema” agroalimentario. Por eso este museo está en Parma, aunque el tomate sea cultivado y elaborado también en otras regiones italianas”.


El Museo del Tomate está ubicado en antiguo centro de transformación agroalimentaria de la época medieval y se divide en siete secciones temáticas que recorren la historia de este producto; sus diferentes variedades; las zonas de producción; las técnicas de producción y elaboración; el embalaje; el packaging; las profesiones relacionadas con su cultivo y elaboración e incluso carteles publicitarios, citas, pinturas, recetas y, como no, la historia del ese mágico encuentro entre el tomate y dos productos típicos de Italia: la pasta y pizza.


“En el Museo” sigue Giancarlo Gonizzi “se puede ver una línea entera de producción de la conserva de tomate con maquinaria de entre los años 20 y 60, así como una extraordinaria colección de latas de 5 Kg compuesta por más de cien piezas – seguramente el objeto de mayor valor del museo, ya que son todas del mismo año 1938 porque fueron utilizadas como “prueba” en un juicio de falsificación de una marca”.


“También se pueden ver 30 abrelatas que cuentan la historia de este utensilio desde 1855 (cuando fue inventado por el inglés Yates) hasta nuestros días; una FIAT Topolino publicitaria con un tubo gigante de conserva de tomate en el techo; máquinas industriales, objetos cotidianos con forma de tomate y herramientas utilizadas por los campesinos en la preparación de las conservas domésticas”.


Obviamente, como en los otros Museos de la Comida, también en el del tomate hay un espacio en el que este producto que durante siglos fue sólo una planta decorativa porque se dudaba de que fuera comestible, se puede degustar en mil maneras. La diferencia es de solo un euro en el billete de entrada. Una pequeña inversión absolutamente aconsejable, considerado que no pasa todos los días de poderse comer una de las obras de arte expuestas en un museo.


http://www.museidelcibo.it/

Compartir | Recomendar Noticia | Fuente: Alessia Cisternino | Fecha: 06/10/2010 | Ver todas las noticias



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