El Premio LVMH para jóvenes talentos lleva a París a sus 30 semifinalistas
La Semana de la Moda de París acogió ayer la segunda etapa del premio de nuevos diseñadores organizado por el gigante Louis Vuitton Moët Hennesy (LVMH). Desde que Delphine Arnault, hija de Bernard y número dos en Louis Vuitton, anunciara la convocatoria el pasado mes noviembre, la página web ha recibido 1221 candidaturas de creadores de todo el mundo, ansiosos por optar a los 300.000 euros de premio y al año de asesoría por parte de expertos del grupo empresarial más importante del sector del lujo.
“Estoy muy impresionada por la cantidad de solicitudes y por la calidad de su trabajo. El llamamiento por Internet ha permitido que se postularan diseñadores de todo el mundo y, como deseábamos, este proceso de selección nos ha permitido descubrir nuevos talentos, algunos de ellos realmente desconocidos. Les deseo a todos mucha suerte”, declaró una entusiasmada Arnault, de 38 años, cuyo esfuerzo por hallar a los creadores del futuro tiene con este concurso su realización definitiva.
La primera criba ha dejado fuera a la gran mayoría de aspirantes y solo treinta –ninguno de ellos español–, han sido los elegidos para volar a la capital francesa y, durante dos días, mostrar sus diseños a un panel de cuarenta expertos, entre ellos Gaia Repossi, Carine Roitfeld o Natalia Vodianova, pero también periodistas, estilistas e influyentes empresarios del mundo de la moda como Tim Blanks, Fabien Baron, Godfrey Deeny, Patrick Demarchelier, Katie Grand, Stephen Gan, Adrian Joffe, Natalie Massaenet, Marie-Amelié Sauvé o Carla Sozzani. Ellos serán los encargados de seleccionar a los diez finalistas que optarán en mayo a arrancar en quinta velocidad el resto de su vida profesional.
Esos diez seleccionados presentarán sus diseños a un jurado estelar formado por los directores creativos de ocho firmas del grupo: Karl Lagerfeld (Fendi), Nicolas Ghesquière (Louis Vuitton), Marc Jacobs (Marc Jacobs), Phoebe Philo (Céline), Raf Simons (Dior), Riccardo Tisci (Givenchy) y Humberto Leon y Carol Lim (Kenzo). Su decisión definitiva se anunciará en mayo.
La sede del buque insignia del grupo, Louis Vuitton, en la Rue Montaigne, fue durante un par de horas el pulmón que más rápido respiraba ayer en París. Allí, en pequeños estands formando dos estrechos pasillos, la treintena de candidatos de Reino Unido, India, China, Rusia, Canadá, Portugal, Israel, Nigeria, Haití, Corea del Sur, Ucrania, Bélgica, Italia, Holanda, Francia, y Estados Unidos, enseñó sus cartas en un escaparate que todos valoraban como el más importante al que habían tenido acceso hasta la fecha.
Los treinta cumplen los requisitos que pedía LVMH para optar al premio: ser menores de 40 años y tener al menos dos colecciones en su haber, pero hasta ahí las similitudes. Trayectorias muy diferentes y propuestas aún más dispares se agolpaban en un grupo heterogéneo con los nervios mal repartidos. Hay entre ellos nombres que desde hace años suenan como la siguiente generación tras los Ghesquière, Philo, Jacobs o Tisci, como el de Julien Dossena, director creativo de Paco Rabanne desde el pasado mes de agosto y antes segundo de Ghesquière en Balenciaga, que defiende la candidatura de su marca Atto. Su selección de diseños para otoño 2014 inspirados en el constructivismo ruso con sobrios trajes de chaqueta realizados en un futurista tejido japonés contrastaban mucho, por ejemplo, con el joven nigeriano Adebayo Oke-Lawal, de 23 años, basado en Lagos, autodidacta y cuyas creaciones para hombre realizadas en tejidos y técnicas locales han salido por primera vez de las fronteras de su país. “Esto es un sueño. Sin este tipo de premios para mí hubiera sido muy difícil poder mostrar mis diseños al mundo”, comentaba encantado.
Más aún cuando asomó por el horizonte de su pasillo el kaiser en persona. Karl Lagerfeld, a la par miembro del jurado, saludó, acompañado por Delphine Arnault, a todos los participantes, que estrechaban su mano como devotos feligreses. El director creativo de Chanel y Fendi detuvo en seco su besamanos ante el deslumbrante estand de Meadham Kirchhoff, el único decorado, cubierto hasta el techo de guirnaldas doradas y corazones rojos. Los británicos juegan en la primera división de esta desigual competición con su aire festivo y su explosión de color, en prendas que se cotizan ya como joyas de diseñadores veteranos. Su colección para TopShop llevó sus volantes, brillos y su extremo cuidado por el detalle al gran público y hoy muchos les señalan como favoritos para la corona de este certamen. “Para nosotros esto también es una gran oportunidad. Es el premio más grande que se ha hecho de este tipo y, estés en el nivel que estés, supone el empujón definitivo”, comentaron los británicos.
Lo mismo opinaban otros jóvenes de holgado currículum, los neoyorquinos de Creatures of the Wind. “Es la mejor manera en la que se pueden gastar el dinero. La industria, en los últimos años, se está dando cuenta de que necesita seguir respirando para vivir en el futuro. A nosotros nos ha servido para salir de Estados Unidos. Al final, aunque te vaya bien, es muy difícil salir de tu mercado y ver otros puntos de vista”, comentó Chris Peters, una mitad de este dúo. Lo mismo opinaban Marques d’Almeida, la pareja portuguesa ya se ha dado a conocer hace tiempo en Londres con versiones del denim y aún así aún no se creían esta oportunidad. “No puedo asimilarlo. Sin ayuda los jóvenes estamos en la sombra, pero esto es más grande de lo que nunca podríamos haber esperado”.
Simone Rocha, hija del mítico creador John Rocha, o Vika Gazinskaya son otros de los nombres en cabeza, al menos en cuanto a popularidad y likes en sus páginas de Facebook. Gazinskaya, miembro del denominado russian fashion pack –grupo de jóvenes rusas que copan los blogs de street style en las semanas de la moda– trajo a París sus ligeros diseños en blanco y negro para el próximo verano y se fotografió con algunos de los expertos que acudieron a su estand, como Gaia Repossi. La directora de Vogue USA, Anna Wintour, tampoco quiso perderse este mercado de savia nueva y charló animadamente con Julia Paskal, de Ucrania, basada en Odessa, que alternaba respuestas sobre la técnica de corte con láser de sus prendas, inspiradas en su formación como arquitecta, con las de la situación política de su país. “No sé si aquí, pero en Ucrania vamos a ganar”, repetía. Muy cerca, Tina y Nikita Sutradhar, las novatas de la firma Miuniku, recién aterrizadas de Mumbai, recuerdan cómo se enteraron del premio vía Facebook. Nunca pensaron que las llamarían y aquí están, defendiendo su original colección inspirada en los tejidos para limpiar la casa.
La competencia es dispar pero no por ello menos ardua y aunque suenan algunos favoritos, los organizadores advierten que puede haber sorpresas. Mientras los expertos valoran y el jurado se lo piensa, lo que parece indiscutible es que, tras décadas de mirar atrás, la juventud ha tomado por fin la moda y LVMH quiere que la revolución marche de su lado.