El director del Reina Sofía, incluido con Photoshop en una imagen remitida a los medios
Manuel Borja-Villel se quedó atrapado en el ascensor justo antes de la «foto de familia» del Pleno del Patronato del museo, el pasado día 11.
Doña Sofía presidió el pasado día 11 el Pleno del Patronato del museo que lleva su nombre, al que acudieron el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert; el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, y al que se incorporaron los nuevos e insignes patronos: Emilio Botín, César Alierta, Salvador Alemany, Ignacio Garralda, Antonio Huertas, Isidro Fainé y Pablo Isla. Como anfitriones, el presidente del Patronato del Reina Sofía, Guillermo de la Dehesa, y el director del museo, Manuel Borja-Villel. En el comunicado que envió el museo a la prensa iba adjunta una fotografía de familia en la que posan todos los asistentes al Pleno. Todo aparentemente normal, salvo que está presente en la imagen un ausente.
No se trata de fenómenos paranormales. La fatalidad quiso que el ascensor en el que estaba Borja-Villel se bloqueara justo en el momento de inmortalizar a los asistentes en la foto protocolaria. Se trató de aplazar el posado, pero finalmente hubo que hacer la foto sin el director del museo. Así consta en la imagen que envió Efe. Pero en la que mandó el Reina Sofía sí aparece Borja-Villel, sorprendentemente, a la izquierda de la imagen. Nada hace sospechar: la imagen encaja perfectamente. Pero en realidad la foto del director se colocó posteriormente gracias al photoshop –es «un trabajo fino», según los entendidos–, como confirmaban ayer a ABC fuentes del departamento de Comunicación del museo, que asume la responsabilidad. Explican que se tomó la decisión porque era una imagen para consumo interno del museo, pero reconocen que seguramente fue «un error» enviarla a los medios.
Se trata de una anécdota sin mayor trascendencia aparentemente –el director del MNCARS estuvo en el Patronato, aunque no llegó a posar en la foto–. Pero sí llama la atención que se haga un fotomontaje, que se manipule una foto, en un museo que precisamente vela por las esencias de la propiedad intelectual de los artistas, por la defensa de sus obras: hay que respetar el copyright, no se pueden alterar ni modificar las imágenes...
Fotografías trucadas.
En su libro «Ante el dolor de los demás», Susan Sontag reflexiona sobre si cambia el poder de una instantánea el hecho de que sea real o manipulada. Se ha debatido hasta la saciedad acerca de si el miliciano que cae muerto en Cerro Muriano fue una escena real o preparada por Robert Capa; si el célebre beso de una pareja en París, captado por Robert Doisneau, fue espontáneo o no. La Historia está plagada de fotos trucadas, de fotomontajes. A menudo tenían como fin la propaganda política: Stalin era un maestro en «hacer desaparecer» a personas que aparecían junto a él en las fotografías. En muchos casos, porque habían sido ejecutados por el Régimen. A Franco, en su encuentro con Hitler el 23 de octubre de 1940 en Hendaya, le «retocaron» los ojos: estaban cerrados y, por arte de magia, se abrieron. Lincoln aparece, en una célebre instantánea, con su cabeza, pero con el cuerpo de John Calhoun.
El photoshop es hoy una práctica habitual en las revistas de moda, en la publicidad... Fue muy polémica la campaña de Benetton en la que aparecían besándose en la boca los líderes mundiales: Sarkozy y Merkel, Obama y Chávez... Aunque en más de una ocasión se les ha ido la mano con los retoques. ¿Quién no recuerda a Keira Knightley, que parecía haber salido del quirófano sin haberlo pisado? Ni siquiera la Familia Real se salva del photoshop, con aquel christmas de las Navidades de 2005 en el que los Reyes aparecían con todos sus nietos en un posado que nunca existió.
Fuente ABC (NATIVIDAD PULIDO | MADRID): El director del Reina Sofía, incluido con Photoshop en una imagen remitida a los medios...