El futuro del Museo Picasso de París enfrenta al Estado francés y los herederos del artista
Cerrado desde 2009 por trabajos de renovación, la familia del pintor malagueño está convencida de que la ministra de Cultura está aplazando su reapertura, prevista para junio.
Cerrado desde 2009, por trabajos de renovación, el futuro del Museo Picasso enfrenta gravemente al Estado francés y los herederos del genio malagueño, convencidos que la actual ministra de Cultura, Aurélie Filippetti, está aplazando la reapertura de la institución, prevista para el próximo mes de junio, por bajas razones burocráticas, inconfesables.
El Museo Picasso de París, inaugurado en 1985, tiene la colección más excepcional de obras únicas: más de 5.000 piezas que cubren todas las épocas, la vida y la obra de Picasso. Esa colección, única en su género, pudo reunirse gracias a las donaciones de los herederos, que entregaron al Estado francés buena parte de la colección personal de Picasso y una colección excepcional de obras maestras, propias, de distinto origen. A las donaciones originales se sumaron, con el tiempo, otras colecciones excepcionales, como la de Jacqueline Picasso, sencillamente única.
Gracias a esa generosidad de los herederos, filantrópica, cultural y fiscal, a un tiempo, el Museo Picasso de París se convirtió automáticamente en la referencia absoluta en la escena museística internacional.
El éxito cosmopolita del Museo Picasso se París exigió muy pronto, el 2009 (a los veinticuatro años cortos de su apertura), su cierre provisional, para efectuar grandes reformas, que comenzaron con una ampliación sustancial del museo original, instalado en un edifico histórico, el Hôtel Salé, en el Marais, el barrio aristocrático del París de los siglos XVI y XVII.
Con el fin de financiar los trabajos de renovación, evaluados en unos 31 millones de euros, la directora del Museo, Anne Baldassari, decidió organizar el préstamo de sus fondos, durante cinco años, cobrados al precio alto a los grandes museos e instituciones de cinco continentes. Esa operación artística y financiera, a un tiempo, comenzó, entre otras operaciones, con una magna exposición consagrada a evocar las influencias y paralelismos de Picasso con muchos de los genios del gran arte clásico de nuestra civilización.
Entre 2008 y 2013, los museos de trece países, España incluida, organizaron una veintena de grandes exposiciones, gracias a los préstamos del Museo Picasso de París. Finalizada con éxito esa operación, realizados los grandes trabajos de reformas, estaba prevista la reapertura del Museo el próximo mes de mayo. Hasta que, inesperadamente, el ministerio de Cultura anunció que, en verdad, la reapertura se aplazaba «unos meses».
Siguieron semanas de rumores y especulaciones. Hasta que Claude Picasso, el patriarca de la fundación que gestiona el legado picassiano, ha puesto el grito en el cielo: «La verdad es que Francia pasa de mi padre...».
En verdad, Francia no «pasa» de Pablo Picasso. Bien al contrario, Francia considera que Picasso es un artista «francés». Pero la directora en funciones del museo, Anne Baldassari, ha chocado de manera brutal con la actual ministra de Cultura, Aurélie Filippetti, provocando una crisis grave entre el Estado francés y los herederos de Picasso, que se consideran víctimas de unas «guerras burocráticas» nocivas y peligrosas para el futuro de un museo único en su género.
Portavoz de los herederos, Claude Picasso «exige» al Gobierno francés que «cumpla» su palabra y reabra el museo el próximo mes de junio. François Hollande, presidente, Manuel Valls, primer ministro (hijo de un gran pintor), y Aurélie Filippetti, ministra de Cultura, no responden con claridad a la petición de los herederos de Picasso.
Claude Picasso no oculta una simpatía cierta por Anne Baldassari, especialista emérita en el legado picassiano. Pero las relaciones personales entre la directora en funciones del museo y la burocracia cultural se han transformado en una pesadilla inflamable. Tras un retraso «trivial» de su reapertura, el Museo Picasso se ha convertido en el escenario de un enfrentamiento brutal entre los gestores políticos y familiares de un legado único en la historia del arte de nuestra civilización.
Fuente ABC (JUAN PEDRO QUIÑONERO / PARÍS): El futuro del Museo Picasso de París enfrenta al Estado francés y los herederos del artista...