Gurlitt dejó dos testamentos
El primer texto legaba el conjunto de su mil millonaria colección a una fundación extranjera. Alemania reclama su potestad sobre los cuadros.
Ahora resulta que Cornelius Gurlitt, el propietario de la colección de arte valorada en alrededor de mil millones de euros, no dejó uno, sino dos testamentos. El celo con el que la Fiscalía de Múnich ha decidido comprobar la autenticidad de estos documentos, de los que ni el círculo más cercano del difunto tenía conocimiento, ha obligado a sus abogados a presentarlos hoy ante los tribunales y así es como hemos sabido que uno de ellos está fechado el pasado 9 de enero y el segundo el 21 de febrero.
Ambos fueron redactados en secreto y ante la inminencia de una operación de corazón que le había sido aconsejada por sus médicos. Los dos han sido entregados por un notario de Baden-Württemberg al tribunal presidido por Gerhard Zierl, que deberá ahora establecer quiénes son los legítimos herederos.
Los abogados de Gurlitt, tras su fallecimiento el 6 de mayo, habían llamado por teléfono al Museo de Arte de Berna, en Suiza, para comunicar a su directiva que dicha institución era la heredera universal, pero el museo todavía no ha aceptado oficialmente la herencia y está sopesando esa decisión.
Según un portavoz del tribunal de Múnich, los familiares vivos de Gurlitt y sus representantes legales tienen ahora la posibilidad de consultar los dos testamentos y de impugnarlos si lo consideran oportuno. El marido de su hermana Benita, Nikolaus Frässle, dispone de seis semanas para presentar alegaciones. El primo lejano que reside en Barcelona, Ekkehard, dispondrá de 6 meses.
Pero no son los únicos interesados en el futuro de los Picasso, Chagall, Matisse, Beckmann y Nolde que Cornelius heredó a su vez de su padre, el marchante de arte de Hitler, Hildebrandt Gurlitt. El Estado alemán está dispuesto a aminar minuciosamente sus posibilidades y a ese efecto ha expresado la responsable de la supervisión de la colección, Ingeborg Berggreen-Merkel, que "los herederos no están todavía fuera" y que "los acuerdos" que Gurlitt firmó en abril con las autoridades alemanas y con el estado federado de Baviera "siguen siendo vigentes".
Berggreen-Merkel se refiere a un acuerdo por el que Gurlitt obtuvo cierto margen en el trato de sus delitos fiscales a cambio de la cesión de todos aquellos cuadros que las autoridades alemanas considerasen que pudieron haber sido adquiridos desde una posición de superioridad por parte de los jerarcas nazis y que deberían ser devueltos a sus legítimos dueños.
Se calcula que esta cesión podría afectar a entre 200 y 300 cuadros, pero será el Estado alemán el que componga la lista antes de que la herencia sea resuelta. Las obras, por el momento, permanecen en poder de las autoridades alemanas y en un lugar que no se ha dado a conocer.
Fuente El Mundo (ROSALÍA SÁNCHEZ | Berlín): Gurlitt dejó dos testamentos...
