La Tate vuelve a colgar el Rothko vandalizado tras 18 meses de «minuciosa» restauración
El responsable, Wlodzimierz Umaniec, pidió disculpas al «pueblo británico». Cumple una condena de dos años.
El mural de Mark Rothko vandalizado hace 18 meses por un joven «activista» polaco vuelve colgar desde este martes en las paredes de la Tate Modern, según ha anunciado la pinacoteca londinense. La obra del artista estadounidense ha necesitado un «meticuloso» trabajo de restauración para eliminar el grafiti del tamaño de un disco de vinilo con el que Wlodzimierz Umaniec pintarrajeó el cuadro en octubre de 2012. Desde entonces, los especialistas del museo dedicaron los primeros nueve meses a intentar identificar los disolventes más adecuados para la tarea, de los cientos de productos y mezclas disponibles.
Construyeron una réplica de la obra«Black on Maroon» para poder investigar la mejor forma de proceder, y reprodujeron el impacto de la pintura de grafiti que empleó el agresor, que llegó a penetrar varias capas de la obra hasta afectar, incluso, al lienzo. Los trabajos de Rothko (1903-1970) eran conocidos por las múltiples y sutiles capas sobre las que pintaba, en las que empleaba además complejas combinaciones de óleos, pigmentos, colorantes, resinas, huevo y pegamento.
La restauración del mural agredido obligó, por eso, a analizar primer muestras microscópicas para estudiar la composición de la obra. Una vez identificado el mejor disolvente –una mezcla de alcohol de bencilo y lactato de etilo- y probado su efecto sobre distintos lienzos –incluido uno donado por la familia del artista-, Rachel Barker, conservadora de la Tate, empleó otros nueve meses en trabajar sobre la obra agredida.
Tuvo que eliminar concienzudamente la tinta utilizada por Umaniec primero, para después aplicar los productos restauradores que han permitido que el mural vuelva a ser expuesto al público. «Ha quedado mucho mejor de lo que podía pensar al comenzar el proyecto, la naturaleza del daño era tal que llegamos a pensar en lo peor», explica Barker a la BBC.
«Nos ha impresionado la precisión y dedicación del equipo de conservación de la Team», ha dicho Christopher Rothko, uno de los hijos del artista. «Han aplicado la única solución satisfactoria a una situación terrible, y la obra está de nuevo expuesta para el público tal y como quería nuestro padre», ha explicado en un comunicado. «Black on Maroon» pertenece a la serie «Seagram», realizada por Rothko en 1958 para el hotel Four Seasons de Manhattan (Nueva York). El mural nunca llegó a ser instalado en el edificio Seagram para el que se concibió originariamente, y Rothko lo donó a la Tate en 1970.
Un movimiento llamado «amarillismo».
Umaniec era conocido también como Vladimir Umanets en su calidad de activista de un pseudo-movimiento llamado «amarillismo», que inspiró al parecer el autógrafo que dejó en el mural. El 7 de octubre de 2012 a las 3:25 de la tarde (hora de Londres) Umaniec sacó un pincel y pintura negra y escribió su nombre «artístico» y la frase «una posible pieza de amarillismo» (Yellowism). Su acción obligó a cerrar la Tate Modern, la galería de arte contemporáneo más visitada del mundo con unos 5 millones de personas al año.
El joven de origen polaco, que difundía sus presuntas tesis filosóficas sobre la naturaleza del arte en un blog, tenía entonces 26 años. Fue detenido en diciembre de aquel año, y condenado a dos año de cárcel. Entonces, los expertos estimaban la obra en más de 60 millones de euros, y el fiscal del caso explicó que Sotheby’s estimaba la posible pérdida de valor en 6 a diez millones, y el gasto en restauración en unos 220.000 euros. La Tate solo ha avanzado que la restauración ha sido posible gracias a los fondos de la pinacoteca y a donaciones de amigos del museo, y que ha sido necesario el trabajo a tiempo completo de «más de dos restauradores durante 18 meses», según Nicholas Serota, director de la institución.
Umaniec ha negado siempre ser un «vándalo». «No he destruido el cuadro, no he robado nada, ya han ocurrido cosas así antes, Marcel Duchamp firmaba cosas que no eran suyas, incluso Damien Hirst», aseguró en su día al diario «The Guardian». «No soy un vándalo, no he hecho nada criminal, el arte nos permite coger lo que ha hecho otro y añadirle un mensaje nuevo», explicaba a la BBC. Pero, más recientemente, emitió un comunicado en el que se «disculpaba ante el pueblo británico por lo que hice».
«Supongo que quería cambiar el mundo pero, por supuesto, lo intenté de una forma muy, muy incorrecta. He pasado casi año y medio en prisión y la sociedad británica ha pagado un coste de restauración enorme así que no valía la pena hacerlo, estoy seguro de que el equipo de restauración ha realizado un gran trabajo y animo a todo el mundo a visitar la obra restaurada», dice en el comunicado.
En referencia a Umaniec, Serota ha explicado que «lamenta que sintiera la necesidad de hacer lo que hizo; de vez en cuando, hay gente que tiene gestos locos como este, pero el arte perdura, y estas pinturas seguirán aquí dentro de 50 o de cien años».
Fuente ABC (BORJA BERGARECHE | LONDRES): La Tate vuelve a colgar el Rothko vandalizado tras 18 meses de «minuciosa» restauración...