'Sólo les falta estar vivas'
El artista mexicano presenta diez piezas interactivas en la muestra 'Abstracción Biométrica', inaugurada el pasado miércoles en el Espacio Fundación Telefónica.
A Rafael Lozano-Hemmer (Ciudad de México, 1967) lo invaden los nervios cuando presenta unas de sus obras por primera vez. Y más si están ahí quienes pusieron los fondos para su realización, que bien pueden rondar los cientos de miles de dólares. Durante los primeros 50 segundos no sucede nada. Porque las piezas de este artista mexicano asentado en Montreal no se activan si el público no interactúa con ellas. A sus instalaciones, como al 'Moisés' de Miguel Ángel, 'sólo les falta hablar'.
Pongamos, por ejemplo, la pieza que recibe al visitante en 'Abstracción biométrica', la muestra que recién inauguró el artista en el Espacio Fundación Telefónica. A primera vista, 'Pulse Room' es un conjunto de bombillas parpadeantes que penden del techo en líneas simétricas. Pero el truco está en localizar un sensor ubicado en la esquina de la sala para palpitar, literalmente, junto con la pieza. El aparato registra los latidos del corazón de quien sostiene sus mangos durante unos segundos. El ritmo cardíaco de la persona se transforma en luz y se traspasa a la bombilla que tiene enfrente. Cuando llega un nuevo espectador, los latidos antes registrados pasan a la bombilla inmediata. Y así sucesivamente.
La biométrica, explica Lozano-Hemmer, consiste en "capturar los datos de las cosas vivas y representarlas". Sobre tal principio está cimentada toda su obra y en particular las 10 piezas de esta exposición, que juegan con el pulso, la respiración, las voces y el movimiento de los espectadores.
En días pasados, Lozano regresó a Madrid -donde vivió de 1992 a 2003- para presentar sus proyectos más recientes. En 'Pulse index', un sensor registra las huellas digitales y las proyecta en una pantalla que parpadea al ritmo del pulso del espectador. En 'Vicious Circular Breathing' una máquina captura las inhalaciones y exhalaciones de quien respira dentro de una cabina hermética. En 'Surface tension', la imagen de un ojo que ocupa toda la pantalla sigue el movimiento del visitante mientras éste transita frente a ella. ¿Observador u observado?
El mismo conjunto se exhibió meses antes en el Borusan Contemporary de Estambul, un museo de arte digital que considera al mexicano como uno de los creadores más importantes de su colección, según la comisaria, Kathleen Forde. La obra de Lozano es parte del patrimonio de otras instituciones como la Tate de Londres y el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Y también del de la casa que ahora lo acoge, donde el artista fundó los premios VIDA hace 15 años, un concurso de arte e inteligencia artificial.
'No-tan-nuevas' tecnologías.
Lozano-Hemmer prefiere evitar el término 'nuevas tecnologías', como expuso en la conferencia que ofreció antes de presentar su obra al público madrileño. La primera artista que utilizó cámaras de vigilancia en el arte fue la argentina Marta Minujín: "Latinoamericana y mujer", remarcó. Aquello sucedió en 1965, hace casi medio siglo. "¿Quién puede decir que son nuevos medios? Sería absurdo no tomar en cuenta esa trayectoria", afirmó el artista.
Lo que es evidente es la vertiginosa evolución de la técnica. "Las de hace 50 años eran cámaras de circuito cerrado: una visión 'orwelliana'. Ahora las cámaras intentan identificar cuál es nuestro grupo étnico o comparar nuestra imagen con un banco de datos de individuos sospechosos. Ya tienen nuestros prejuicios integrados al circuito", explicó Lozano-Hemmer. Su interés en este contexto, añadió, es el de utilizar este tipo de tecnología para crear "nuevas visualizaciones críticas".
Lozano-Hemmer trabaja en Montreal con un equipo de seis jóvenes ingenieros. Además de pasar ahí sus años universitarios, el artista se beneficia de las ayudas a la creación que otorga la administración canadiense. "Yo contrato ingenieros extranjeros y el gobierno paga la mitad de su sueldo durante cinco años", explicó Lozano a EL MUNDO. "Hay un interés en desarrollar la cultura audiovisual como la cultura nacional, porque no hay una tradición artística tan clara. La apuesta es a futuro".
De manera simultánea a la exposición de la Fundación Telefónica, Lozano-Hemmer exhibe cuatro piezas en la Galería Max Estrella.
Fuente El Mundo (EUGENIA COPPEL | Madrid): 'Sólo les falta estar vivas'...
