La fascinación por París de los pintores españoles
El ensayo «La certeza inmóvil. El Montmartre que vio Picasso» refleja el barrio bohemio en el que vivió el artista a principios del siglo XX. Repasamos otros nombres que también se perdieron por las calles de la capital francesa.
1. Pablo Picasso.
El París de principios del siglo XX era el centro de las miradas tanto de día como de noche, con sus bulevares, las tertulias en los cafés, los circos y los cabarets. En ese París vivió Pablo Picasso y ahora ve la luz un libro editado por la Fundación Picasso-Museo Natal que recoge la época y el barrio bohemio que acogió al artista durante los primeros años del siglo pasado. «La certeza inmóvil. El Montmatre que vio Picaso», es el título del ensayo escrito por Jose Luis Rodríguez de la Flor y Beatriz Trueba, quienes también fueron comisarios de una exposición sobre el mismo tema el año pasado.
La obra transporta a las calles del París bohemio que conoció el artista malagueño. «Invita a perderse por sus calles, y en especial por el barrio por excelencia de artistas y bohemios: la colina Montmartre» ha puntualizado Rodríguez de la Flor durante la presentación del libro.
Un ámbito de estudio con una ingente labor de documentación que repasa los orígenes, la historia de un barrio que acogió a los mejores artistas de la época y las transformaciones urbanísticas hasta que llegó a convertirse en el epicentro del mundo bohemio internacional.
La obra analiza «místico y lo físico», y analiza con precisión las etapas y cada uno de los lugares que formaron a Picasso e influyeron en sus pinturas. Incluye también un álbum inédito de fotografías de Paul Coutellier.
2. Joan Miró.
Joan Miró fue a París en 1920, donde conoció entre otros, a Pablo Gargallo, André Bretón, Max Ernts y Pablo Picasso. Se integró en el movimiento surrealista de los años veinte y durante las décadas siguientes vivió entre Francia y España.
Con ayuda de José Dalmau, expuso en los años veinte en la capital francesa pero fue un fracaso absoluto: no vendía cuadros y nadie hablaba de él. Solamente Pablo Picasso le apoyaba. Pero allí se fundaría la radicalidad de su rebelión artística y muchos de sus grandes proyectos por los que sería recordado más adelante.
3. Rafael Zabaleta.
El pintor andaluz Rafael Zabaleta también viajó a París en 1935, donde aprendió de los maestros dela pintura contemporánea y conoció a Picasso y a Manuel Ángeles Ortiz. Durante estos años su pintura se basó en una mezcla de influencias diversas contemporáneas, temas viajeros y pretensiones surrealistas.
Esto le sirvió para desarrollar sus técnicas y evolucionar hacia otra etapa en la que predominaba el expresionismo sombrío.
4. Pablo Gargallo.
La estancia de Pablo Gargallo en París también fue trascendental para él. Contemporáneo de Picasso, como los anteriores, preserva en sus obras personalidad anterior y posterior a todas las escuelas vanguardistas. Una de sus obras más conocidas fue la escultura «Kiki de Montparnasse», inspirada en una pintura de una mujer de la época con pelo a lo garçon.
Una exposición en París en 2001 rescató muchas obras desconocidas de esa época del español.
5. Eduardo Chillida.
Amigo del pintor Joan Miró, Eduardo Chillida era escultor. Ambos provenían de mundos diferentes pero comenzaron a forjar en la capital francesa un lazo de amistad que seguiría años después. En 1948 se trasladó a la capital francesa para dedicarse a la escultura y dos años después realizaría su primera exposición en París.
Fuente ABC (PATRICIA ARIÑO | MADRID): La fascinación por París de los pintores españoles...