El nacimiento del grafiti y del hip hop en la ruinosa Nueva York
Un libro recopila las fotografías de Henry Chalfant, que a finales de los setenta y comienzos de los ochenta documentó el pulso callejero de la ciudad. Sobre todo centradas en los trenes grafiteados, las imágenes capturan la explosión de creatividad de la que surgieron el grafiti, el hip hop, el 'breakdance'...
Fue testigo de primera mano del contexto histórico y la atmósfera artística que dieron lugar al grafiti, a la cultura del breakdance y del hip hop. Henry Chalfant (Pensilvania - EE UU, 1940) capturó en fotografías el pulso callejero de una época nefasta para Nueva York, que vivía sumida en el desastre económico y social. La primera expedición fotográfica de Chalfant fue en el Bronx, adonde se trasladó para "cazar trenes", documentar vagones del Metro de Nueva York atestados de pintadas que inmortalizó en panorámicas hechas a trozos, superponiendo las fotos en el negativo.
Training Days —que juega en su título con el verbo to train (entrenar) y train (tren) y se podría traducir por Días de entrenamiento o Días de 'treneo')— captura en sus páginas la explosión de creatividad de finales de los años setenta y principios de los ochenta en Nueva York, el periodo de tiempo en que nacieron y florecieron, entre los escombros de la ciudad, el grafiti y el hip hop.
El libro, que la editorial británica Thames & Hudson publicará el 22 de septiembre, presenta una selección de las más de 800 fotos que Chalfant hizo de los coloridos vagones de tren neoyorquinos además de imágenes que el autor captó de los autores de las pintadas en plena acción, de los largos murales que se reproducían en las calles, las sesiones de breakdance en Brooklyn, los amplificadores y el equipo que emitían la banda sonora de aquella revolución del espray...
Un apagón determinante para la cultura urbana.
Nueva York sufría la crisis financiera de finales de los años setenta con la impaciencia y la irritabilidad que añadía el mes de julio y su insoportable calor húmedo. Aquel verano de 1977, el asesino en serie apodado como The Son of Sam (El hijo de Sam) todavía mataba a parejas indefensas: lo detuvieron en agosto tras asesinar a tiros a seis personas y herir a siete.
En medio de la tensión, el 13 de julio se fue la luz: durante cerca de un día, casi toda la ciudad se quedó sin suministro eléctrico. El apagón fue el pistoletazo de salida para numerosos saqueos a negocios, actos de vandalismo e incendios. Los daños se cuantificaron en alrededor de 300 millones de dólares. Muchos estudiosos del grafiti y artistas pioneros interpretan el suceso como determinante para el despertar de la cultura urbana, una muestra del descontrol reinante.
Figuras emblemáticas.
Acompañanado a los testimonios visuales, Sacha Jenkins (Filadelfia - EE UU, 1971) —antiguo grafitero neoyorquino y ahora escritor y periodista especializado en hip hop y grafiti— entrevista a 12 figuras emblemáticas de la era dorada del género callejeroque, entre las vivencias personales, hablan del caos que reinaba en la metrópolis y de cómo supieron sacar partido de esa situación de desigualdad y ruina.
Leyendas como Skeme, Daze o Lady Pink reflexionan sobre el progresivo endurecimiento de las penas por pintar en la calle, destacan que los materiales no eran ni la mitad de buenos que los actuales, recuerdan escenas de camaradería y también peleas o cuentan cómo a los 15 años se escapaban de la casa familiar para grafitear un tren.
Fuente 20 Minutos (HELENA CELDRÁN): El nacimiento del grafiti y del hip hop en la ruinosa Nueva York...