El Guggenheim presume de «fondo de armario»
Acoge hasta el 25 de enero una gran exposición que recorre, a través de una serie de piezas únicas e imprescindibles, la historia del arte europeo y norteamericano de los últimos 100 años.
El Museo Guggenheim Bilbao exhibe las «joyas» de las colecciones de la Fundación de Nueva York y de la de Bilbao, en una gran exposición que recorre la historia del arte europeo y norteamericano de los últimos 100 años a través de una serie de piezas únicas e imprescindibles.
La muestra, dada su magnitud, ocupará las tres plantas del museo y se ha dividido en dos partes. La primera, formada por 65 piezas, fue presentada hoy a los medios de comunicación por el director del museo bilbaíno, Juan Ignacio Vidarte. La segunda, que lleva por título «El arte de nuestro tiempo: obras maestras de las Colecciones Guggenheim», se abrirá al público dentro de un mes.
Vidarte ha apuntado que esta exposición quiere servir de conmemoración de los 20 años de la firma del acuerdo de colaboración entre la Fundación Solomon Guggenheim de Nueva York y el Museo bilbaíno, que tuvo lugar en 1994. Por esta razón, la muestra presentada hoy y que se clausurará el 25 de enero evoca a la que tuvo lugar en octubre de 1997 con motivo de la inauguración del Museo bilbaíno, en la que ya se mostraron muchas de las obras que hoy se podrán volver a contemplar.
La primera entrega de esta exposición muestra algunas de las obras maestras imprescindibles del arte europeo de la primera mitad del siglo XX, como las de Kandinsky tituladas «Improvisación número 28», de 1913, que recibe al espectador al inicio de la exposición, e «Improvisación número 8», que fue la primera que compró Solomon Guggenheim y con la que inició su colección de arte.
También están las obras maestras «París a través de la ventana» (1913), del pintor ruso Marc Chagal; el «Desnudo» (1917) de Modiglianni; el «Retrato de un médico del Ejército», de Albert Gleizes; el «Paisaje» de Joan Miró; y el lienzo colorista de Mark Rothko«Sin título» (1952-53), propiedad del Guggenheim Bilbao.
La exposición sigue un cierto orden cronológico y se inicia con los artistas que desarrollaron el movimiento cubista, expresionista y abstracto en el París de principios del pasado siglo XX. Prosigue con el expresionismo abstracto norteamericano, que fue el primer gran movimiento artístico de ese continente, generado por los artistas europeos que huyeron de la opresión nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Producto nacional.
Aquí se podrá contemplar la obra «Sin título (plata verde)» (1949), del principal exponente de este movimiento, Jackson Pollock, propiedad de la fundación neoyorquina y que es la primera vez que viaja a Bilbao para ser expuesto en la capital vizcaína. Los artistas vascos Eduardo Chillida y Jorge Oteiza, dos de los máximos representantes del arte vasco de la segunda mitad del siglo XX, tendrán espacios específicos que resaltarán las obras que el Museo Guggenheim Bilbao tiene de ellos en sus fondos propios.
De Chillida se pueden contemplar sus obras en piedra y yeso y en madera y acero que le sirvieron para plasmar sus inquietudes conceptuales y metafísicas, indagar en el volumen espacial o representar las tradiciones vascas de la industria, la arquitectura y la agricultura. La obra de Jorge Oteiza está representada por sus series o familias experimentales sobre las cajas metafísicas o la desocupación de la esfera, de la que se pueden contemplar varios ejemplos.
Esta primera parte de la exposición, que ocupa toda la tercera planta, concluye con el arte que se hizo a principios de los años 60 y 70, cuando la pintura fue desplazada por la escultura de carácter minimalista, tres de cuyas obras se pueden contemplar por primera vez en Bilbao: «Sin título (16 cajas de acero)», de Robert Morris; «Pieza de centro iluminada», de Bruce Nauman; y «Conjunto de estacas», de Lawrence Weiner.
Fuente ABC (EFE | BILBAO): El Guggenheim presume de «fondo de armario»...