Así se gestiona el Museo Thyssen
La pinacoteca ha ampliado su oferta para ser más atractiva para público y patrocinadores.
El próximo lunes se presenta en el Museo Thyssen-Bornemisza, "Caillebotte, pintor y jardinero", una muestra que la pinacoteca madrileña organiza con el Musée des impressionnismes de Giverny y que está dedicada a dicho autor impresionista. Ésta es una de las muchas exposiciones temporales que cada año pueden verse en el Thyssen y que permite disfrutar de obras que de otra forma no podrían verse en Madrid.
Éxito de público local
Una de las exposiciones más exitosas del año ha sido 'Realistas de Madrid', que pudo verse hasta el 29 de mayo -concluía el 22 de ese mismo mes, pero fue prorrogada-. La muestra, que disfrutaron unas 200.000 personas, exponía parte de la obra de un grupo de artistas formado por Antonio López, María Moreno, Isabel Quintanilla, Esperanza Parada, Julio López, Francisco López y Amalia Avia. "El público local fue el más numeroso y reconoció el esfuerzo", reconoce Acevedo.
Las muestras temporales son una de las claves del éxito de la gestión de este museo público, que tiene programadas otras dos hasta finales de año, "Renoir y la intimidad", que podrá disfrutarse del 18 de octubre al 22 de enero de 2017, y "Bvlgari y Roma", que comenzará el 30 de noviembre y concluirá el 26 de febrero del próximo año. "La renovación de la oferta es clave para atraer a cada vez un mayor número de visitantes", reconoce Evelio Acevedo, que asumió el cargo de director general del Museo Thyssen-Bornemisza en 2012.
Una de las más complicadas
Desde el 21 de junio y hasta el 18 de septiembre puede verse en la pinacoteca 'Caravaggio y los pintores del norte', una muestra que recoge parte de la obra de este autor y su influencia en un círculo de pintores del norte de Europa. "Tenemos colas a diario. Es una exposición magnífica, muy difícil de hacer porque es un autor con poca producción, ya que murió muy joven. Su obra está muy dispersa y es difícil reunirla en una única muestra. Nosotros tenemos uno de los cuatro 'caravaggio' que hay en España". Cuando Acevedo llegó a la dirección de esta empresa la situación financiera de la institución era muy complicada. La Fundación Caja Madrid y el Estado eran, junto a los ingresos por entradas, los principales apoyos económicos del museo, que vio amenazada su viabilidad cuando desapareció la primera y se recortó la subvención del segundo. El nuevo director general del Thyssen-Bornemisza afrontaba así la situación: "Esta crisis nos ofreció la oportunidad de repensar el modelo de museo que queríamos ser".
La colección permanente
"Todas las colecciones permanentes bajan en afluencia de público. Es normal", reconoce Acevedo, que cree que el "público local suele pensar que si ya la ha visto una vez no necesita verla más".De ahí que el museo tenga que resultar cada vez más atractivo para éste con nuevas iniciativas o recorridos que potencien la importancia de este patrimonio cultural cedido por la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza y la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza.
En el plan estratégico planteado por Acevedo para resolver la situación se hacía hincapié en la necesidad de desarrollar tres aspectos del museo, más allá de la evidente racionalización de los costes: "En primer lugar, debíamos potenciar el área de promoción y márketing, ya que queríamos que viniera más público al museo y pudieran hacer más vida dentro de él. Además, debíamos buscar otros patrocinadores, otros socios que compartieran objetivos. Y, por último, debíamos apostar por la tecnología, ya que el museo debe ser capaz no sólo de atraer más público real, sino de aumentar su presencia en Internet y atraer a un público virtual que busca contenidos especializados en arte".
Pioneros en europa
El 19 de junio concluyó en el Museo Thyssen-Bornemisza 'Wyeth: Andrew y Jamie en el estudio', una muestra que fue pionera en Europa porque permitió ver en el Viejo Continente la obra de estos dos representantes del realismo americano del siglo XX. Acevedo cree que es fundamental que las exposiciones temporales "permitan descubrir obras nuevas al público local, que sepan que no encontrarán en otros museos". Acevedo cree que, a pesar de todo, el objetivo de una pinacoteca no debe ser "tener beneficios notables ni ganar más dinero o repartir dividendos como ocurre en cualquier empresa, pero este tipo de instituciones deben ser sostenibles, viables y su oferta debe ajustarse a lo que pide la sociedad. En definitiva, debemos ser más autosuficientes".
El principal aval para conseguir esta sostenibilidad es el patrimonio cultural que acoge el museo representado en su colección permanente -este año ha registrado un aumento de público del 17%-. "Una colección de arte implica un conocimiento que hay que transmitir a futuras generaciones. Nuestra colección resume la historia de Occidente desde el siglo XIII hasta el siglo XX. Lo que vemos en cada una de las obras de esta colección es la vida de esos ocho siglos de historia y nuestro deber es ser viables para que se preserve esa historia", asegura Acevedo, que reconoce que uno de sus objetivos es "abrir cada vez más a la sociedad el museo y que ésta sepa que su historia es ésta. Así resultaremos atractivos". Para conseguirlo, Acevedo y su equipo se propusieron "crear nuevos itinerarios, atraer a otro tipo de públicos, hacer de la visita algo divertido".
Fuente : Emelia Viaña (expansion.com; 12/07/2016): Así se gestiona el Museo Thyssen...