El tesoro de Alejandro Magno se quedará definitivamente en León
El Museo Bíblico busca espacio para exponer obras únicas en el mundo durante los próximos cinco años
Los tesoros de Alejandro Magno, que acoge el Museo Bíblico y Oriental desde su apertura, en marzo del 2008, se quedarán definitivamente en León. Más de 300 piezas únicas, propiedad del anticuario y coleccionista de origen egipcio Francisco Antonovich, que ostenta también el cargo de conservador del Museo Bíblico, se incorporarán a la colección permanente. No es la primera donación de Antonovich, que ha resultado ser un auténtico benefactor para el museo, al que ya cedió un valioso belén napolitano, así como un sarcófago egipcio con momia incluida, entre otras piezas.
El Museo Bíblico tiene preparadas ya las exposiciones de los próximos cinco años. Pero antes debe resolver dos problemas: que San Isidoro habilite nuevas salas a un museo que no para de acumular tesoros; y el permiso de Francia para sacar del país objetos de arte excepcionales.
Esperando a Cleopatra. La exposición de la reina egipcia, si se cumplen las previsiones del director del museo, Jesús García Recio, podría inaugurarse antes del verano. Antonovich quiere rehabilitar la imagen de Cleopatra, deteriorada por las películas producidas por Hollywood y algunos historiadores. El Museo Bíblico acogerá una exposición con medio centenar de piezas de Cleopatra, entre bustos, bajorrelieves y monedas.
El anticuario, con domicilio en París, ya tuvo que sortear mil trabas administrativas para traer un 'pequeño adelanto' de la exposición sobre Cleopatra: un bajorrelieve en el que se ve a la reina de Egipto con el emperador Julio César y el hijo de ambos, Cesarión. Una joya de pequeñas dimensiones 'de apenas 20 centímetros de ancho por 16 alto y uno y medio de grosor', pero única en el mundo, ya que es una de las escasísimas representaciones en las que se puede ver junta a esta faraónica familia. En realidad, es un exvoto del siglo I, contemporánea a estos personajes (del año 44-40 antes de Cristo); un objeto del arte popular egipcio de un valor económico e histórico incalculable.
El emperador Rodolfo. Tras la muestra sobre Cleopatra, el Museo Bíblico tiene previsto exhibir la grandiosa colección del emperador Rodolfo II (Viena, 1552-Praga, 1612), que también atesora Antonovich. El emperador Rodolfo es un personaje prácticamente desconocido en España, a pesar de que era nieto de Carlos V.
Antonovich ha estructurado su inmensa colección de arte en torno a dos personajes: Alejandro Magno 'las obras en torno al rey macedonio se quedarán de forma permanente en el Museo Bíblico' y Rodolfo II, hijo del emperador Maximiliano II y de María de Habsburgo, que trasladó su corte de Viena a Praga y fue, a su vez, uno de los coleccionistas de arte «más fabulosos» que ha habido, según Antonovich. El monarca austríaco no sólo recopilaba objetos de arte, sino «hombres singulares», al tiempo que atrajo a su estrambótica corte a los más geniales matemáticos, físicos, químicos, médicos, artistas, astrónomos, matemáticos y astrólogos, entre ellos Kepler, Tycho Brahe o Athanasius Kircher.
El hijo de la reina María de España fue mecenas de grandes artistas, como Arcimboldo, quien le retrató en el célebre cuadro en el que el rostro del emperador está hecho de frutas y hortalizas, titulado Vertumnus, por el dios romano de la vegetación. Rodolfo II reunió en el siglo XVI en Praga la mayor colección de arte de aquella época y Antonovich mostrará las piezas que ha rescatado de este monarca al que las biografías nunca han hecho justicia.
Los secretos de Jerusalén. Tras la reina Cleopatra y el emperador Rodolfo, el Museo Bíblico abrirá sus puertas a una exposición de biblias políglotas, procedentes de colecciones particulares, como la biblia de Alba 'la primera traducción a lengua romance de la biblia hebrea', también biblias miniadas, así como las más singulares de producción española. La muestra contará también con miniaturas y algunas esculturas.
García Recio tiene planeada otra exposición sobre lucernas de Oriente. Según el director del Museo Bíblico, se puede seguir la Biblia a través de la iconografía de las lucernas. Habrá lámparas romanas y helenísticas. Las piezas ya están localizadas.
La idea es mostrar una exposición temporal cada año. A las ya citadas, sucederá una muestra sobre la cerámica de Oriente.
El arqueólogo leonés, el agustino Florentino Díez, el único español que está excavando actualmente en Jerusalén, cuyos trabajos han sido decisivos para desvelar la auténtica historia del monte Calvario, mostrará en una exposición en el Museo Bíblico algunos de sus más fascinantes descubrimientos. Esta muestra tendrá, además, una vertiente docente, con conferencias en las que se explicará al público cómo se trabaja en una excavación.
El Museo Bíblico, sin duda uno de los más excepcionales del mundo en su género, no ha tenido hasta la fecha la repercusión que merece, a pesar de que sus fondos permanentes, la colección Van Dijk 'con un millar de piezas de las primeras civilizaciones', lo convierten en un lugar de obligada visita para historiadores y estudiosos de los textos escritos más antiguos de la humanidad.
Recio reconoce que hay exposiciones, como una reciente dedicada a Alejandro Magno en Madrid, que sin contar con piezas tan valiosas como las que muestra actualmente el Museo Bíblico sobre el rey macedonia, han tenido mayor eco. «Son exposiciones donde hay más envoltorio que regalo. Aquí queremos hacerlo con otro estilo», afirma.