El rastro del arte sacro robado en Galicia va más allá de las fronteras de España.
Las esculturas de Carboeiro son solo un ejemplo del expolio de bienes culturales.
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Información sobre la imagen facilitada por la fuente original (pie de foto): "AEROCAMARAS".
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Las esculturas del tímpano del cenobio románico de la iglesia de Carboeiro que están expuestas en el "Museo de Arte Marés de Barcelona" son solo un ejemplo del expolio al que ha estado expuesto el patrimonio gallego a lo largo de los años. No es el único. Desde las 28.000 monedas de oro extraídas en 1995 en Laxe del Douro, un buque inglés que naufragó en 1882, y que luego fueron sacadas al mercado a través de Internet hasta las dos esculturas del pórtico de la Gloria que ahora el Concello de Santiago, con el apoyo del Congreso y el Parlamento gallego, reclama a los Franco.
Por no hablar de objetos de menor tamaño como el de una tésera que, en los años ochenta, fue ofertada al "Museo Británico" y que ahora está custodiada en el "Museo del Castelo de San Antón", en A Coruña. Esta, como cuentan fuentes conocedoras del caso, fue llevada cautelarmente por el juzgado en ese museo, pero una vez archivadas las diligencias, su propietario no la reclamó. Luego sus herederas la usaron para pagar deudas de Hacienda. No llegó a salir de la institución. Ahora forma parte de sus fondos.
Conservar y proteger.
Aunque se han dado pasos, conservar y proteger lo que queda parece aún, como apuntan desde colectivos como la "Asociación para a Defensa do Patrimonio Galego" (https://apatrigal.wordpress.com), una materia pendiente. «Temos unha carencia no eido do interese por coidar o patrimonio porque non vai roubar nada o que o respecte ou teña amor polo patrimonio», dice el responsable del colectivo, Carlos Henrique Fernández Coto.
El senador socialista Luis García Mañá, que fue jefe superior de la policía en Galicia, añade que «se han perdido cantidad de obras, pero aún hay un caudal de patrimonio que habría que proteger». Su rastro no se queda dentro de las fronteras de España. Va más allá como ocurrió con las monedas del Douro. Desde la "Asociación para la Seguridad del Patrimonio Histórico Protecturi" (http://www.forodeseguridad.com/instit/es/protecturi.htm), Andrés Martín Ludeña, recuerda «el mandato del papa en el 2012 lanzado a todos los cabildos para que musealizaran las obras de valor que no formen parte del culto». El debate sobre ese tema está abierto. Además, recuerda que ningún bien declarado de interés cultural puede comercializarse.
«En Carboeiro desapareceron moitas pezas. As que están no museo Marés son só unhas. Pola outra cara tamén faltan. Gustaríame que volvesen para aquí, para telas custodiadas no museo porque penso que non ten sentido que, despois de estar musealizadas, volvan pórse á intemperie. Outra cousa é que poñan na igrexa unhas réplicas». El deseo lo formula Cesáreo Carnero, el delegado de Patrimonio de la diócesis de Lugo, a la que pertenece Carboeiro.
Él mismo constata que esas obras son solo una pequeña punta de un iceberg que ha ido engordando centuria tras centuria. «Coa desamortización moitos templos ou conventos quedaron abandonados, a iso únese o esmorecemento do rural. Ese illamento favorece que acontezan ese tipo de roubos. Nas décadas dos 60 e os 70 roubouse moito arte sacro e moitas pezas acabaron fóra de España», apunta.
Recuperar una obra, un camino duro.
Su rastro es largo. A veces aparece y desaparece. Por eso, recuperar todo el patrimonio que se ha perdido a lo largo de años de expolio es complicado. La mayoría de las veces, no puede seguirse el largo viaje realizado desde que fueron sustraídas hasta que llegaron a los museos o lugares donde están custodiadas. La vicepresidenta de la "Asociación Española de Derecho del Arte" ("ADA"; https://www.derechodelarte.com), Lorena Blasco, apunta que «el éxito de la reclamación y devolución del bien a su origen dependerá de numerosos factores que hay que analizar antes de una posible reclamación para evitar perdidas de tiempo, dinero y desgaste social que este tipo de procesos pueden suponer». No es un camino fácil, desde luego.
Pone como ejemplo algunas de las cosas que hay que tener en cuenta antes de emprender el proceso. «Desde el estudio del contexto histórico y social en el que tuvo lugar la transmisión o desaparición del bien; la existencia o no de una declaración como BIC; analizar los títulos de propiedad y su legitimidad (algo clave en procesos ventas por parte del convento o de los párrocos porque esta tiene que haber sido hecha legalmente por quien era propietario del bien, normalmente, el obispado o la diócess, no el párroco o las monjas a nivel personal); o la capacidad que para difundir o conservar en buen estado las obras susceptibles de ser reclamadas», apunta.
Ayuda de la "Xunta".
Todo eso es lo que debe de sopesarse en el caso de las esculturas de Carboeiro. Sobre ello, desde la "Consellería de Cultura" apuntan que «de producirse algún tipo de reclamación das pezas, deben ser os lexítimos propietarios os que realicen dita reclamación. Carboeiro non é propiedade da Xunta. En todo caso, añaden además «se o propietario do ben decide levar a cabo algún tipo de acción, a Xunta ofrécese a dar apoio técnico ao proceso».
Fuente : María Cedrón; La Voz de Galicia; Sin plaza; 17/12/2017: El rastro del arte sacro robado en Galicia va más allá de las fronteras de España....