Se acabó el lujo para Lacroix
La casa de alta costura se declara en bancarrota
En muchas ocasiones da igual como te vea la gente, tu prestigio o tu imagen.
Tu nombre, en boca de todos y ensalzado como estandarte del lujo, de poco sirve en momentos de desconfianza.
Es el rey de cartón el que sufre cuando todo se desvanece.
Y es que a Christian Lacroix poco le han servido veinte años de ser una referencia del mundo de la alta costura, sus alas se han quemado al sol y la casa podría estar al borde de la bancarrota.
No es ningún secreto que durante sus veinte años de historia, bajo los que se encontró a cobijo en el grupo de lujo LVMH de Bernard Arnault, nunca llegó a generar beneficios.
Fue la razón pública de su venta al grupo inversor libanés American Falic en 2005.
Pero los nuevos propietarios no llegaron a poder desarrollar sus nuevos planes para la casa antes de que todo se volviera de color oscuro.
Porque los libaneses, que poca vista tendrían, decidieron que el camino para la salvación de Lacroix era centrarlo en su alta costura, abandonando sus líneas de difusión, Bazar y Christian Lacroix, y perdiendo poco a poco sus licencias de perfumes.
La expansión a Estados Unidos fue el remate a la operación. Sólo el año pasado, la marca perdía cerca de 10 millones de euros, sus ventas en Europa caían un 30% y su nuevo territorio demostraba que no le quería con una caída del 45%.
Herida de muerte y presa de los datos, Christian Lacroix SNC se vio obligada la semana pasada a presentar ante el Tribunal de Comercio de Paris, quien decidirá la suerte de la casa. La incertidumbre que deja la decisión fue comunicada a los 125 trabajadores por Nicolas Topiol, CEO de la casa. El propio diseñador afirmaba a los mismos, que la casa le debe más de un millón de euros, lo que supondría que lleva trabajando gratis durante los últimos meses, pero que “aún así dará el 200% para salvarla”.
Mientras esto se soluciona, pocos apuestan a ver desfilar la próxima temporada los diseños del francés, tras los recortes que ya sufrió su anterior paasarela, y los planes de American Falic de deshacerse de ella. Parece que todos abandonan a Lacroix y ni siquiera tendrá un momento para despedirse de su público fiel. Aunque esperemos que esto sean solo suposiciones pesimistas, y aún le quede un brillo dorado.
