Maison Bonnet.Miradas exclusivas.
Quizás, la mayoría de nosotros nos quedemos indiferentes ante el nombre de Maison Bonnet, pero estamos ante la única óptica de todo el mundo que fabrica gafas de carey a medida. Onassis o Yves Saint Laurent han sido, entre otros, sus más fieles clientes. Y tras más de cincuenta años de existencia y unos ochenta años de historia, han abierto su primera tienda en París.
La historia se remonta a 1930 cuando Alfred Bonnet, el bisabuelo del actual dueño, comenzó a trabajar en un taller con carey y a esculpir este material para crear gafas. El resto de familia siguió con el negocio y en los años 50 cuando los talleres comenzaron a ser sustituidos por producción en serie, Robert Bonnet, el padre del actual dueño, decidió que debían establecerse por su cuenta creando en 1955 la Maison Bonnet. Su taller realizaba modelos que se vendían en exclusiva en las ópticas de las ciudades más poderosas como Suiza, Mónaco o París. Pero la peor guerra la lidiarían a partir de los años 80, cuando el mundo de las licencias se adentró en los productos para óptica y se crearon las gafas de marca. En ese entonces, Franck Bonnet, la cuarta generación de la familia y actual cabeza, estaba ya al frente de la empresa.
Su idea de negocio y el trato personalizado les fue dejando arrinconados. Se mantenían gracias a una exclusiva clientela que era capaz de recorrer 120 km desde París hasta Sens para visitar el taller de la familia Bonnet y agenciarse unas gafas del todo exclusivas. Corbusier solo usó dos modelos de gafas durante su vida y que solo renovaba cuando se le rompían o cambiaba los cristales. Todos relacionamos a este afamado arquitecto con sus gafas redondas en montura negra, signo de intelectualidad en la época. Onassis encargaba su modelo de 50 en 50 pares para tenerlas siempre a mano. Y personajes historicos como Jackie Kennedy, Maria Callas o Brigitte Bardot también lucían sus modelos únicos de gafas de sol.
Pero la incipiente demanda de pedidos que iba en aumento no llevó a Franck Bonnet, hasta este año, a abrir su primera y propia tienda en París. Y lo han hecho por todo lo grande, con un moderno espacio ubicado en el barrio de Palais Royal. Aquí reciben a hombres, principalmente su clientela más fiel, que busca algo excepcional y que se adapte a su morfología. Ésta es la principal ventaja de estas gafas, aparte de sus materiales, ya que al ser creadas a medida ayudan a limar las asimetrías del rostro.
Pero lo más exclusivo de Bonnet es que son de los pocos que siguen usando carey. Aunque el uso de esta concha de tortuga ya esté prohibido, el Ministerio de Medio Ambiente de Francia les permite usar las conchas que adquirieron antes de la implantación de esta ley en 1974. Por ello, el precio de unas gafas de carey pude oscilar desde los 2.000€ hasta los 20.000€, si se trata de un carey rubio que es mas difícil de encontrar. Al margen de esta excepcionalidad, también trabajan con cuerno de búfalo cuyos modelos oscilan los 1000€ y acetato que ofrece mayor gama de colores a precios que no superan las tres cifras.
Sobre sus modelos, se han centrado en reeditar monturas históricas de las cuales reciben gran demanda. Pero aun así, van más allá y han creado modelos atemporales para no quedarse anclados en el pasado. Aunque nadie les pude negar que son los reyes de las gafas vintage.
