Puig busca su hueco entre los gigantes del lujo mundial
Puig ha emprendido un nuevo camino. La adquisición de Jean Paul Gaultier representa una confirmación de la estrategia que el grupo catalán puso en marcha en 1969 cuando integró la enseña Paco Rabanne. Con esta última operación, la compañía familiar se aleja del modelo de grupos como L’Oréal para buscar su hueco en el mercado mundial del lujo.
A finales de los años sesenta, Puig inició la formación de lo que hoy se ha convertido en su división de moda. Tras la compra de Paco Rabanne, en los ochenta llegó la integración de Carolina Herrera y, en los noventa, la de Nina Ricci, a las que se sumó el martes Jean Paul Gaultier.
La división de moda representa todavía una parte pequeña en el conjunto del negocio de Puig, pero crece a ritmos del 25% anual. El año pasado, el grupo de perfumería y cosmética alcanzó una cifra de negocio de 1.202 millones de euros, con un crecimiento del 22% respecto a 2009. La moda supuso alrededor del 5% de esta cifra.
Puig se sitúa todavía lejos de los gigantes mundiales del lujo: LVMH, PPR, Richemont, Chanel (con un perfil corporativo muy bajo), Hermès y Prada. Incluso la más pequeña de ellas, Prada, factura más que Puig, 2.000 millones de euros, gracias a Prada, Miu Miu, Car Shoe y Church’s.
Prada, que ultima su salto a la bolsa, está por detrás de Hermès en tamaño. La compañía francesa ha cerrado el ejercicio 2010 con unas ventas de 2.400,8 millones de euros, lo que ha representado un incremento del 18,9%.
La maison, con artículos tan conocidos como los Birkin, es uno de los objetos de deseo de LVMH, el mayor grupo del mundo de lujo. El conglomerado de marcas, con intereses en sectores como la moda o las bebidas, alcanzó en 2010 unas ventas de 20.320 millones de euros.
La división de moda y piel de LVMH, con marcas como Loewe o Louis Vuitton, acumuló un negocio de 7.581 millones de euros el año pasado, y la de perfumes y cosmética, 3.076 millones de euros. Así, los negocios de LVMH equivalentes a Puig sumaron en 2010 unas ventas de 10.657 millones de euros.
El conjunto de las ventas de Puig sólo superan a la división de moda de uno de los grandes del lujo: Richemont. El propietario de Montblanc obtuvo un negocio de 5.176 millones de euros en 2010, 584 millones de los cuales fueron aportados por firmas como Chloé, Shanghai Tang y Dunhill.
