Pisa sin querer una obra de arte de 48 m2 de manteca de cacahuete y le hacen pagar los daños
El museo holandés Boijmans Van Beuningen, en Rotterdam, se ha enfrentado a un situación ciertamente pegajosa, cuando un visitante se metió dentro de una alfombra de cremosa mantequilla de cacahuete sin darse cuenta de que era una instalación de arte moderno.
Docenas de turistas desconcertados vieron como el hombre se introducía sin querer en la obra, que estaba sobre el suelo sin ningún tipo protección, y hundía sus zapatos en los 1100 litros de manteca de cacahuete por allí desparramados, una cantidad suficiente para llenar más de 2.000 frascos de tamaño regular de la marca Calvé (la manteca preferida del artista exigente) y que pacientemente fue extendida sobre un espacio de 48 metros cuadrados.
Se trataba de la obra ‘Peanut-Butter Platform’, que el museo había comenzado a exponer el pasado 5 de marzo como parte de una retrospectiva del artista Wim T. Schippers, un asiduo a meter grandes cantidades de comida en los museos y que la creó (mejor habría que decir “la untó”) por primera vez en 1962.
Lo más llamativo del asunto es que el museo ha pedido al incauto visitante que pague los desperfectos, por mucho que sea mantequilla de cacahuete Calvé y pueda comprarse en cualquier colmado. “Es normal que la gente pague si produce algún daño a una obra de arte”, afirma tajante la portavoz del museo, Sharon Cohen, al periódico con sede en Rotterdam Algemeen Dagblad.
Lo que no es tan normal es que la obra “plataforma de manteca de cacahué” haya sido ya pisoteada tres veces durante otras tantas exposiciones y también por visitantes despistados. Aún así, los directores del museo se niegan a levantar un anillo de separación alrededor de la obra, siquiera un cinta, alegando que se estropearía “su belleza”.
