El premio de los libreros
Con un hilo de voz, la escritora y académica Ana María Matute (Barcelona, 1925) reconoció ayer su emoción al recibir el Premio de la Crítica de la Feria del Libro de Bilbao de manos del viceconsejero de Cultura, Antonio Rivera. Los libreros reconocen así con el galardón que cada año distingue a un escritor en la víspera de la inauguración de la feria a "una escritora de raza" que "no concibe la vida separada de la literatura", apuntó Kepa Torrealdai, presidente de su asociación en Vizcaya. Matute es capaz de "convertir lo cotidiano en algo extraordinario", añadió.
El premio se suma a los reconocimientos cosechados por los libros de Matute durante su amplia carrera literaria. La larga lista que conforman el Premio Café Gijón, el Nacional de Literatura o el Nadal, entre otros, culminó el pasado mes de abril con el Cervantes, el más importante de las letras españolas.
El galardón que ayer pusieron en sus manos los libreros, sin dotación económica, es una gran pluma de plata, que congenia con esta mujer menuda, de aspecto frágil, pelo cano y gesto bondadoso. "Es precioso", afirmó con la pluma en las manos. "A veces, los premios que te dan son muy importantes, pero muy feos", ironizó. La literatura es su vida, asegura la Matute, como le llaman en los círculos literarios, que considera que sin escribir no es nada. "Sin escribir no soy yo", dice la tercera mujer que recibe el Cervantes, tras María Zambrano (1988) y Dulce María Loynaz (1992).
Nacida en una familia acomodada, de padre catalán y de madre castellana, estuvo al cuidado de una niñera vasca que le hablaba en euskera. Ayer lamentó no haber cultivado aquella lengua que escuchó en la infancia y que todavía le permite sentir cercanas algunas palabras vascas que ya no entiende. Los recuerdos de sus visitas a Euskadi y la emoción del reconocimiento se tradujeron en alegría. "Estoy muy contenta", repetía.
La autora de Olvidado Rey Gudú y Aranmanoth leerá hoy en el Paseo del Arenal el pregón inaugural de la 41ª edición de la Feria del Libro, que con sus 55 expositores es la más importante de las que se celebran en el País Vasco.
Las palabras de Matute abrirán 11 días de actividades culturales, presentaciones de libros y firmas de ejemplares por parte de sus autores. El sector del libro transmitió ayer un mensaje de moderado optimismo con la vista puesta en estimular la visita de los compradores.
Torrealdai abogó por que la feria marque el punto de inflexión tras los últimos ejercicios de descenso en las ventas y permita al sector superar los efectos de la crisis económica. Los datos que manejan los editores de la comunidad autónoma apuntan a un descenso cercano al 5% en el número de títulos publicados en 2009.