'Tintín', un dolor de cabeza para la Academia de Hollywood
Todavía no se ha estrenado pero la llegada de Tintín a las grandes pantallas con la adaptación de El secreto del unicornio se está convirtiendo en un quebradero de cabeza para la Academia de los Oscar.
La película, realizada con técnicas de captura de movimiento o mocap y dirigida por Steven Spielberg, no encuentra su lugar en la institución. El primer tráiler de la cinta muestra imágenes que quieren ser fieles al cómic de Hergé manteniendo un estilo animado pero a la vez fotos realistas donde actores como Jamie Bell o Daniel Craig ponen no solo la voz sino la interpretación a los personajes principales. Es la misma técnica que utilizó James Cameron en Avatar pero con una gran diferencia. Mientras el director de Titanic siempre vio su obra como un filme, Spielberg tiene claro que Las aventuras de Tintín es una película animada.
La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas que entrega anualmente los Oscar ha dejado muy claro en sus reglas que "el mocap por sí mismo no es una técnica de animación". El debate viene de lejos, desde que el mocap ganó terreno en el cine gracias a los avances tecnológicos. Son muchos los profesionales que consideran las técnicas de captura de movimiento una versión moderna del rotoscopio, sistema utilizado por grandes animadores de la época dorada de Disney para calcar en dibujo el movimiento de una Blancanieves que habían filmado previamente. Pero en la actualidad son muchas las estrellas como Tom Hanks, Angelina Jolie o Jim Carrey que han interpretado sus papeles vestidos con una malla dotada de puntos reflectantes que, captados por las cámaras, permiten a los animadores reproducir sus movimientos en ese cuerpo digital creado para el filme. Una técnica que, como dice Bill Kroyer, miembro de la junta directiva de la rama de animación de la Academia, tiene sus "profetas y otros que la tildan de herejía". Entre los profetas están Robert Zemeckis, detrás de filmes como Polar Express, que defiende desde hace años una categoría propia para las películas realizadas en mocap, algo improbable en un momento en el quela Academia quiere recortar el número de galardones para aligerar la ceremonia.
La decisión de la Academia, lejos de poner punto final al debate, solo abre más interrogantes porque si el mocap no es una técnica de animación ¿qué hace Happy Feet con el Oscar que recibió en 2007 a la mejor película animada? Las repercusiones de esta decisión también se dejarán sentir en otras categorías como la de mejor actor. ¿Cualifica la interpretación de Craig como Rackham el rojo en Tintín para esa categoría incluso si su creación es una criatura sintética, simbiosis del movimiento del intérprete británico y la destreza de un animador? Los estudios Disney lo intentaron hace dos años con Carrey en Disney: Cuento de Navidad (A Christmas Carol) pero las normas de la Academia impidieron su postulación. Y una de las supuestas razones de la derrota de Avatar en los Oscar fue la falta de apoyo entre el gremio de los actores, el más numeroso dela Academia y todavía desconfiado con esta técnica.
Los foros de animadores también están divididos entre aquellos que se sienten incómodos con una técnica por la que no se les reconoce como artistas y los que, les guste o no el resultado, ven en películas como Avatar o Las aventuras de Tintín el futuro. "Para hacer mocap o realizar trabajos más típicos en animación hablamos de los mismos programas, los mismo ordenadores y los mismos artistas", añade Kroyer.
El debate está lejos de encontrar un final. El peso de Spielberg en la industria puede ser determinante para cambiar una regla que levanta muchas ampollas en un año en el que el realizador más respetado de la industria cuenta con otro estreno, el filme dramático The War Horse, y no quiere ser competencia de sí mismo. Curiosamente el productor y director de la próxima aventura de Tintín, Peter Jackson, coincide más con la Academia que con Spielberg. El retorno del rey, que se llevó el Oscar a la mejor película en 2004, es considerada junto con el resto de la saga del anillo como el descubrimiento del mocap. Y para el estreno de The Hobbit en 2012 es natural que las aspiraciones de Jackson estén puestas en la categoría de mejor película: nada de verse relegado al nicho de los filmes de animación.