Kopenhagen Fur. Purple Club
Aunque siempre sea un material que cause cierta polémica por su uso, este invierno la piel se impone como tendencia. Pero, ya no es necesario que cada vez que pensemos en este cálido tejido lo relacionemos con nuestras abuelas, o esas señoras rancias que se paseaban con sus pesados abrigos y estolas con el único fin de lucirse. Las pieles, como todo, han evolucionado en su forma de tratarla, coserla, teñirla y usarla. Es una materia prima con infinitas posibilidades por explotar.
Con este objetivo trabaja Kopenhagen Fur, la asociación peletera más importante y exclusiva que existe a día de hoy. Comenzó siendo una cooperativa formada por las granjas de piel danesas que proveen a las firmas de moda más elitistas de las mejores pieles. Realizan tanto actividades de producción, como de subasta de las mejores piezas para los mejores retailers. También actúan como marca que asegura la calidad de la piel tratada y como centro de investigación para aplicar la mejor tecnología y controles de calidad a su cuidado producto.
Kopenhagen Studio ofrece la oportunidad a estudiantes y diseñadores de desarrollar en este centro de creatividad nuevas técnicas, innovaciones y habilidades que coloquen a la industria de la moda y la piel a la cabeza del diseño. En 2007, crearon el Tshingua Kopenhagen Studio, ya que China se ha convertido en el mayor competidor en la compra-venta de pieles pero de peor calidad. Para evitar esto, creyeron que la mejor idea era instruirles para que la piel no sea desperdiciada ni pierda su valor.
Dado que trabajan con un producto del sector de lujo decidieron crear el Purple Club, una asociación elitista que selecciona a los retailers más prestigiosos para asegurarse que KF trata con los productores y los puntos de venta de más alto nivel. Actualmente, esta club está formado por únicamente 30 miembros. El pertenecer a este club tiene muchas ventajas, como el poder acceder a la compra de las piezas de piel más exclusivas, ayudar a las tiendas a mantener su mejor nivel de exclusividad otorgándoles un certificado que asegura la proveniencia de la piel y facilitar a los miembros el asistir a seminarios y al Studio para conocer y experimentar con el material. Los miembros del Purple Club son fácilmente reconocibles, lucen la Purple Club Label en sus prendas.
El privilegio de este club lo conocen, muy pocos y entre ellos tenemos la suerte de que figuren algunos españoles. El afamado diseñador José Castro, ganador del premio a mejor colección en la pasada Cibeles Fashion Week, coopera con KF desde 2008. Por el otro lado, está Olga Ríos, firma gallega desconocida pero con una larga trayectoria en el mundo de la peletería que ha disfrutado del privilegio de visitar el Studio para evolucionar en su trabajo. Sonia Ríos, hija de la creadora de la firma, viajó hasta Kopenhage donde conoció las últimas novedades y posibilidades de la piel para comenzar a aplicarlas en sus futuras colecciones. Según Sonia, conocer 47 tipos diferentes de visón y el poder "jugar" con esta materia prima junto a otros diseñadores, curtidores y estudiantes le ha abierto la mente para dar vida a nuevas ideas dentro del negocio familiar.
Para paliar el trato algo cruel de esta industria, KF tiene un fuerte área de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) que está implicada en proyectos con países subdesarrollados como Somalia o, paradójicamente, en proyectos medioambientales para contrarrestar el cambio climático. Una de cal y otra de arena.