Nueva tendencia: tatuajes efímeros...
Cuando las ‘señales débiles’ se empiezan a convertir en hechos fehacientes, estamos ante una tendencia.
La época de los tattoos con tinta indeleble pasó a mejor vida, ahora se lleva decorar la piel con métodos más livianos y temporales.
Más efímeras que el tatuaje, pero más conceptuales que el maquillaje, las nuevas técnicas de adorno de la piel asombran por su creatividad, pero sobre todo, porque rescatan del pasado materiales artesanales como el crochet o el encaje, haciendo de la hazaña toda una manualidad sobre la piel con mucho ‘heritage’.
Tatuar o adornar la piel con infinidad de técnicas y materiales, desde antiguo, ha sido una actividad cargada de simbolismo, como sistema de identidad o estatus entre las tribus o como mero amuleto protector. Hoy este simbolismo se difumina entre la vorágine de las tendencias.
Decorarse la piel, está de moda. Pero no con tinta, sino con encaje, piedras o abalorios, y si no, con tan solo echar un vistazo a algunos de los desfiles para este otoño-invierno, tendremos suficientes pruebas.
Givenchy en su desfile de Alta Costura opta por la aplicación de lentejuelas, esferas rutilantes que confieren un toque entre étnico y exótico a prueba de miradas. Valentino le sigue la pista y adorna los bellos rostros de las modelos con aplicaciones de guipur y encaje, a lo Edward Steichen a principios de siglo (XX).
Pero la aplicación de ornamentos escapa de la mera decoración para convertirse en un discurso estético dentro del Arte conceptual. La artista finlandesa Heidi Hankaniemi, ha creado una serie de tatuajes en crochet que se cosen quirúrgicamente en la piel, Bordados que definen quiénes somos y que dibujan partes de nuestro cuerpo: un Body Art clínico y manual. Espacios, cuerpo, objetos que Hankaniemi cincela, esbozando una mirada crítica e irónica sobre quiénes somos, el paso del tiempo y la conveniencia de nuestros deseos, de nuestras inquietudes…