Celdas llenas de arte contemporáneo
Hay espacios que resumen la historia de una ciudad. Le Nuove, la cárcel de Turín, durante más de cien años, es uno de ellos. Lugar de reclusión de judíos y partisanos durante el fascismo, se convirtió en un símbolo de la represión del movimiento obrero y estudiantil durante la década de 1970, para cerrar en 1986 llena de inmigrantes sin papeles.
Ahora, en el marco de la gran reconversión de la memoria arquitectónica urbana de la ciudad, Le Nuove ha reabierto sus puertas como espacio visitable y para acoger eventos artísticos y culturales.
Entre estos The Others, un proyecto entre expositivo y ferial, dedicado al arte contemporáneo emergente, que este fin de semana ha desplegado en las celdas de los brazos femeninos unas setenta propuestas de colectivos de diversas disciplinas, organizaciones sin ánimo de lucro, editores alternativos (y tradicionales), y también galerías, con la condición que tuvieran menos de tres años de vida.
Los organizadores del evento han sido la edición italiana de la revista Rolling Stone y Roberto Casiraghi, ya creador de la feria de arte contemporáneo Artissima, la segunda más importante de Italia después de Bolonia, que también se celebra en estos días en Turín.
Precisamente para no competir con Artissima, The Others no sólo es emergente y experimental, sino también nocturna, ya que abre cuando cierra la otra, donde por cierto exponen tan sólo dos galerías españolas: Nogueras Blanchard de Barcelona y Carreras Múgica de Bilbao.
En The Others hay un poco de todo: muchos vídeos e instalaciones, cajas de luz, proyectos colaborativos y una conexión wi-fi, que ya quisieran los galeristas célebres de Artissima. También es posible realizar una visita guiada, acompañados por las anécdotas de los exreclusos que no tienen desperdicio, mientras que en el antiguo cine de la cárcel se suceden los conciertos y los recitales de poesía y literatura, que tuvieron su momento álgido con la lectura de Viola di Grado, la última heroína de la novela italiana, acompañada por las mezclas de un dj.
Parece ser que el arte ha definitivamente tomado la vieja prisión, en cuyos alrededores el Living Theatre de Judith Malina y Julian Beck, que en esta ciudad vivió varios años, iba a representar sus combativas performances en los años de plomo.
Un cliché
Turín está decidida a abandonar su cliché de ciudad barroca e industrial, triste y gris, donde Cesare Pavese se disparó en la sien y donde Nietzsche tuvo su primera crisis de locura en público, cuando abrazó un caballo, llorando por los males del mundo. Ya lo intentó con el Castello di Rivoli, museo de arte contemporáneo con una extraordinaria colección de arte povera, que desde el cambio de dirección hace dos años está perdiendo prestigio y visitantes por momentos. Así que ahora la apuesta es por lo innovador y alternativo.
Lo demuestra también el Piemonte Share Festival, que celebra hasta el 13 de noviembre su séptima edición Cops & Robbers, un título pop que define la aproximación provocadora de la más importante muestra italiana dedicada a las tecnologías digitales y su relación e influencia en el ámbito artístico y cultural. "Policías y ladrones, inocentes y culpables, legales y subversivos, respetuosos y revolucionarios: queremos bucear en la controvertida relación entre lo poético y lo político en las prácticas artísticas contemporáneas.
Es una línea muy sutil la que divide la legalidad de la ilegalidad en el campo de la libertad de expresión, la filtración de noticias, el activismo, el copyleft, el apropiacionismo y el intervencionismo", indica Simona Lodi, creadora y directora con Chiara Garibaldi de la muestra, que incluye también el Japan Media Art Festival. Entre los participantes, llamados a debatir sobre arte, activismo y nuevos medios, el escritor Bruce Sterling y Steve Kurtz, del Critical Art Ensemble.