Cómo adquirir un 'tracey emin' por nueve euros
Para colgar el cuadro de Damien Hirst que se acaba de comprar, seguramente buscaría la pared más visible de su salón. Tamaña obra merecería ser lo primero que encuentren los ojos de quien le visite.
Entre otras razones, porque habría vaciado su cuenta de ahorros para ello. Pero hay 109 personas que adquirieron Idolatry, del conocido artista británico, y tan solo lo guardan en su iPad o en su ordenador. Eso sí, pagaron apenas 9 euros. Los 109 son usuarios de la web [s]edition, que desde hace unos días vende en formato digital y por precios accesibles las obras de algunos de los principales protagonistas del arte contemporáneo.
Tracey Emin, Michael Craig-Martin, Bill Viola, Tim Noble. Son algunos de los grandes artistas que el catálogo de [s]edition pone a disposición del coleccionista digital.
Entre creador y usuario tan solo hay un par de clic. "El artista cuelga en la página web una obra. Los usuarios la ven y, si quieren, la compran. En cuanto la adquieres está en tu colección y puedes verla en todos los soportes cuando quieras", explica Harry Blain, presidente y cofundador de [s]edition.
Tanto les gustaba a Blain y a Robert Norton (el otro cofundador) su idea que la concibieron incluso antes de que fuera realizable. "A mediados de los noventa queríamos hacer algo parecido, pero la tecnología no nos lo permitía aún. Con el desarrollo de los últimos cinco años en cambio se volvió un proceso casi inevitable", recuerda Blain.
Aunque fue en los últimos dos cuando la bombilla en sus cerebros empezó a convertirse en una empresa y en una dirección online.
"Cada año millones de personas visitan los museos de arte contemporáneo. Pero hay muchos habitantes del planeta que simplemente no pueden ir a esas galerías, por falta de recursos o por la razón que sea", asegura Blain.
Allí entran ellos, catapultando las piezas ante la pantalla del usuario y colocando a su derecha un gran numerito rosa que reza cifras atractivas que oscilan entre 6 y 600 euros.
Algo de atractivo debe tener también el porcentaje que de esa venta se queda [s]edition. Blain se niega sin embargo a cuantificarlo. "El precio lo establece el artista, sin que pongamos límites.
Pero lo más importante es la fascinación de la gente por el arte", es lo único que suelta el presidente de [s]edition. Mucho más le gusta a Blain hablar de las garantías que ofrecen al comprador: "Cada pieza lleva un certificado con todo tipo de detalle sobre la obra y su autenticidad, confirmada por el propio artista".
Por mucho que repita Blain que su proyecto "no es algo tan nuevo", no deja de sorprender la idea de una colección digital. Según el presidente de [s]edition sin embargo se conjuga perfectamente con el arte de toda la vida. "A algunos les costará entenderlo, pero no a la generación de mi hija de 16 años, que ha nacido online. Solo es una progresión, otra manera de coleccionar. No queremos reemplazar el mundo real, que es mágico".
Seguro que los salones se lo agradecen.