Bacterias vivas para limpiar obras de arte
Una empresa valenciana aplica sobre unos frescos barrocos de la iglesia de los Santos Juanes de Valencia, por primera vez en España, una técnica de biolimpieza que, mediante el uso de bacterias vivas, logra eliminar restos de cola y nitratos sobre pintura mural, frescos y materiales pétreos. Restaura BioTech nació en mayo a raíz de unas investigaciones realizadas en la Universidad Politécnica de Valencia -en cuya filial («spin-off») está en proceso de constituirse- y la forman un grupo de restauradores, biólogos y químicos, además de expertos en gestión y administración de empresas.
Los frescos barrocos de Antonio Palomino en la iglesia de los Santos Juanes, pintados entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, resultaron gravemente afectados por un incendio en 1936, durante las primeras semanas de alzamiento de la guerra civil.
Ocupan una superficie superior a los mil metros cuadrados y representan uno de los conjuntos pictóricos murales más importantes de España, según ha explicado José Luis Regidor, profesor del departamento de Restauración de la UPV y miembro de Restaura Biotech. Ardieron durante cuatro días y las pinturas quedaron completamente dañadas, con el color alterado y unas patologías muy severas que han requerido muchos años de estudio para poder plantear una intervención coherente y ajustada a la instalación», ha señalado Regidor.
En los años 60 la pintura fue «arrancada, intervenida, repintada y completamente alterada», según el restaurador, quien ha destacado que la técnica que aplican actualmente facilita el proceso de limpieza. «Mejora las prestaciones de los sistemas de limpieza convencionales a base de ácidos base y disolventes», ha señalado el experto, quien ha agregado que ahora se pretende mejorar y reducir costes para abordar el final de la restauración, de la que aún quedan más de 600 metros cuadrados de pintura mural. Por su parte, Rosa Montes, profesora titular de Microbiología de la UPV, ha explicado que, con el uso de bacterias vivas, se consigue limpiar costras salinas que están muy endurecidas y son insolubles en agua y difíciles de eliminar por los métodos tradicionales. «Las bacterias vivas son capaces de diluir esas costras y la limpieza es sencilla, rápida, inocua para la pintura y, además, es una técnica muy específica, porque solo elimina lo que queremos eliminar», ha señalado Montes.