París-Shanghái sin transbordos, con Chanel
Que Oriente es una fuente inagotable de inspiración para la moda, ha quedado claramente demostrado a lo largo de la historia.
Ya en el Siglo XVIII los bordados de los finos tejidos del Rococó, se inspiraron en los delicados estampados de los Kimonos; la apertura de las fronteras al comercio con Japón en el XIX, invadió todo de motivos orientales; la primera década del XX fue una eterna oda al orientalismo, y en pleno XXI, Chanel rememora todo el exotismo de aquellas tierras lejanas con su pre-colección A/W 2010.
Con ocasión de la apertura de la treceava tienda Chanel entre China y Hong Kong, concretamente en la ciudad de Shanghái, y flanqueado por las aguas del Huangpu, el río que separa la parte más tradicional con la moderna, el desfile de Chanel de nuevo rindió culto al exotismo que siempre la inspiró y quedó patente en su apartamento de la rue Cambon parisina.
Una colección con reminiscencias de la indumentaria tradicional china, guiños a las prendas militares del ejército de terracota, los vestidos qipao del Shanghái de los 30, rojos profundos y forros de seda inspirados en la laca china, botas con piel y tapices de Mongolia Shaggy, cuellos Mao, hombros pagoda, camelias bordadas en oro, y sus incombustibles trajes de tweed realizados con hilos multicolores iridiscentes. Exotismo y glamour con una pizca de ‘charme’ francés, la ecuación perfecta para vestir el otoño de 2010.
